viernes, 5 de diciembre de 2008

Voraz

Este niño se ha comido un plato lleno de dientes.
“Qué gustos aberrantes”, atina a decir una mujer mayor vestida como abuela.
“Tengo la infancia, la desnudez y el apetito a mi favor”, piensa el niño.
Sus ojos y sus encías brillan en la cocina muy limpia que los separa de la noche.


Muros
Atrás quedaron los revestimientos,
algunos adhesivos, pegamentos…
Los muros al desnudo
le provocan ganas de tirarse contra ellos
hasta rasparse y lastimarse la piel.
“He vivido en esta casa muchos años…”
Uno se pregunta qué guardan las paredes.
Nada.
Son las superficies las que nos devuelven
como parte del decorado imantado de una familia.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Penumbrales

Dice de sí
“No soy bueno par estas cosas”
Aparece
Y se presenta haciendo un paso atrás
Como si tuviera que contenerse
Es un umbral, un lugar que conoce
“¿Qué cosas?” le pregunta la mano que lo toma
Y lo hace entrar
“Estas cosas…” pero ya el tiempo se lleva las palabras
Y está a dentro de la casa y el cuerpo que esperaba.

jueves, 31 de julio de 2008

Venus en mi plato

Me gustan
tus ojos de murciélago
tu piel de aceituna
tus uñas sucias
tu manera de pararte
de apretar los labios
tus silencios
tus tartamudeos
tu tacto
tu forma de estar
despacio
tu silueta masculina
tu vista selectiva
tu oído musical
tu escucha natural
tu desorden
tu animal de corral
tu deseo
tu paseo por mí
tu orilleo
en mis cosas
tus pies extraños
Me gusta tu boca
tu pasión de aldea
tu tracción religiosa
Me gusta
(lo que no me das, lo que ya no pedís, lo que añorás de mí y lo que me robás)

Bebe aquí

Animal errante bebe aquí
en el tiempo que atrapa
el salto que no acaba
Como la última hora
En todos los brazos
Como sintiendo
Como el olfato
que esconde
una fecha perdida
en un humor futuro
Allí van
Aquí aparece
Se anima
Un paisaje lunar
Lleno de ti

sábado, 19 de julio de 2008

Tarde en Jujuy

Liliana Herrero
arrima a esta reunión
su deseante sintaxis animista.
Abre aquí un escalón extraño
que comunica con el interior
y el páramo.
Nosotros podemos llorar, porque ella
nos habla desde
ese lugar
lleno de impresiones.
La materia del alma
trota y ojetea
en las redes virtuales del espíritu.
Con ojos de garza
vuelve la cara al paisaje.
Al fin nuestras entrevisiones
se animan y abrazan
el fugitivo signo, sin imágenes
y con rugosos sonidos.

Pampa del infierno

En el Chaco viven las Pampas del Infierno.
Nuestra presidenta no entra allí
porque hay una muñeca, atada a la parrilla de un camión,
con su misma cara. La rodean mariposas y pequeños insectos
estampados en la finísima rejilla.
(La brujería asusta, la mentira tranquiliza a Macbeth.)
La comida escasea y ellos miran por televisión:
el partido, la patria, el baldado y la baba.
La tela es resistente.
En las Pampas del Infierno, susurran los juncos
y algunos esperan… vaya a saber qué

domingo, 8 de junio de 2008

Odisea

Tu herida era más grande que la mía
Era abismal
Me llamaba desde el otro lado del mar
Me llamaba
Nunca cerraba
Y sus sonidos eran diferentes
A veces tenues
A veces mudos
Mi corazón se achicaba
Y volvía a sentir el aire
-vida mía-
Tu barco se acercaba y partía
Era intermitente
Como la aparición de ángeles con fanfarreas
Era el misterio
El remolino de todos mis sentimientos
Yo, a veces, me sentaba y pensaba
(intentaba buscar una imagen, no venía)
Nada entraba ni salía de esta sensación
Solamente, a veces, el sueño.

sábado, 26 de abril de 2008

peces

Las ráfagas de un amor.
Silencio discontinuo.
Algunos intentan pequeños movimientos.
Unos abren sus casas, otros sus corazones.
Fiesta de cumpleaños, comida, invitados y jardín rastrillado.
Al terminar el día insinúa su cabellera
Algunos almirantes mueren en la marina,
pasan días equivocados en la tierra y
el mar se les escapa cada mañana.
Algo se pierde en tus líneas
Quisiera protegerte.
Tengo marcas en todo el cuerpo,
los ojos se abren para llorar y
las manos para buscar peces.

sábado, 19 de abril de 2008

Viernes 18-04-08 Aeroparque

Las jerarquías en un vuelo son aberrantes
Qué clase de hombre es éste?
Y a dónde pertenece?
Con sus zapatos azules de taco antiguo,
se cuelga una llave en su cuello y es rubia, la comandante.
Nosotros hemos pasado un día en espera,
rogando a los empleados que nos ayuden.
Y ellos comiendo de nosotros hasta pedir una soga para colgarse.
Afuera el humo ha cubierto la ciudad por completo.
Yo pensé que los pobres quemarían los campos
por el odio que sienten ante la abundancia de los ricos.
Pero no, son los mismos dueños de las hectáreas que nos fumigan,
mientras la presidenta de la nación sacude sus polleras
y allá en la reunión de reconciliación un vocero advierte
“el secretario no estaba invitado pero no se lo puede echar”.
Lucha cuerpo a cuerpo entre los gladiadores.
El problema es que todo esto no conduce a ninguna parte.
Lucha y efectos. Necesitamos un buen toro o una vaca
que se ponga a pastar, que rumee en nuestras cabezas
y nos asimile a un universo de estiércol y retoños,
retoños y abono, abono y menos prisa por terminar con el enemigo.
Los dineros de la pareja presidencial apestan y sus discursos
hieren cualquier sentido de realidad, madre.

Vida mía
Si pudiera te abofetearía cien veces.
Cien veces cien veces.
Hasta no tener fuerza, hasta sacarme ampollas en las manos.
Si pudiera no te lo diría, te lo daría por escrito en la pared de tu casa.
Estúpido, estúpido, estúpido para que lo leas y lo leas.
No siento compasión por nadie. A veces por mí. Pero trato de sacudirme.
Porque la literatura es asquerosa, el cine pornográfico y el teatro impotente.
Como la mayoría de los sucesos.
Tengo algunos santos. Estoicos, animistas y sensuales a su manera.
Viejos lobos y zorras que alinean mis sentimientos. La manada.
Me mantienen alerta, puedo abrirme un camino en la nieve.
Aullar o meter la cola entre las patas y desaparecer sobre el hielo.
Esa es mi destreza, querido. (El precio es inmenso.)

lunes, 24 de marzo de 2008

Vamos en esa dirección

Se fue el verano, quedó esta tristeza.
Va y viene.
Se estira el misterio sobre la mesa.
En este corazón trota un caballito.
Praderas extrañas.
El clima parece selvático.
Nuestra respiración calienta.
Arden las estrellas, suenan las piedras.
En este río se arrulla el futuro.
Mojemos nuestros pies y que beba el caballito.
Adiós, adiós, saluda una mano,
entre cañas y plumeritos
Quise decir quédate conmigo.
Otra vez, la melancolía.
No tiene cara pero huele a tierra mojada y a pasto
Tenemos un largo camino ¿no es cierto?
Vamos en esa dirección vadeando el río
y tus manos, allá lejos.

domingo, 16 de marzo de 2008

Además

Desconoce y avanza. Cuando encuentra un lugar seco,
se humedece y sus pies chapotean.
Ya no siguen una línea ni un ritmo.
Espectan en la colina y arrastran tierra.
Una huella es más que un recuerdo.
Un surco activa la herida, llama a las cicatrices.
Los ojos beben el agua de estanque para el caballo y el pájaro.
Los que cuidan las señales leen en el vientre
el calor de lo que se cuece y madura.
Sin que lo notes, arrastran las secreciones que empujan tu pupila.

Tráfico

Al fin llega un costado
donde almacenarse junto a los granos.
La felicidad cruje como cubitos de hielo
eyectados de la cubetera.
“No sé si esto va hacia atrás o adelante.”
“No sé si hay que enfriar o descongelar.”
En los supermercados todo es artificial.
Pero las luces ayudan como en el parking.
No deberíamos dejar que el pasado y el presente
se suspendan.
-Perdón, me han sorprendido en la intersección.
“Que no nos expliques, por favor”
gritan los pasajeros.
“Yo muero de nostalgia por lo que ya no será”
se lamenta el conductor del minibus.

partículas
En la vidriera veo vísceras. Es un sueño extraño.
Maquinaria y colágeno.
Todo a un precio razonable.
Pero cuando atravieso paredes,
protejo mi cabeza y entro en
habitaciones amatorias y oscuras.

Y ninguna llave sirve
porque las paredes no tienen cerraduras.
Se entra y se sale así, cuidando la cabeza.
Nadando con los pies.
Así, al fin, me he encontrado.

tu pelo
Recuérdalo, cuando resueñes palabras que no existan,
voy a lamerte por completo.
Voy a limpiarte y pegarme a tu pelo.
Ahora tus palabras me son tan familiares
que no me sueltan (amamos la repetición y el “deja vu”).
Sin embargo te lo digo, cuando perviertas mi lengua,
tendré que llenarme de ti,
y aparecer siendo otra.

lunes, 10 de marzo de 2008

como en la radio

Deja de extenuarse.
Arroja parte de su ropa al río, invierte en actividad,
abre el cobertizo para los animales, ejercita las pantorrillas.
Camina sobre la hierba crispada por el otoño.
No está buscando respuestas, sólo escucha la radio.
Adentro del cobertizo el mundo parece caliente, pero tumultuoso.
Afuera, ni siquiera los incendios apagan el frío.
Sabe que sus manos llegaron a la edad madura y que el amor se enrarece.
Vienen otros, detrás suyo, horizontes y estaciones.
Sólo salir un rato. Después música, después ruido
Solamente un rato. Como la radio.

domingo, 9 de marzo de 2008

mis sentimientos

He sentido el poder deseante del que no está,
el absorbente del que se diluye,
la implacable irradiación del que se sustituye.
Otra cosa.
Me miro en la situación, no logro frotar mi espalda sobre lo echado de menos.
Me arrojaría en estos brazos porque adoro arrojarme.
Salgo de mí (puntos suspensivos)vuelvo a mecerme en esta aparición. Soy yo.
Es de repente, en la tenue sensación de este amor,
otra vez, aparecen lo inmóvil, cada final de año y ese estado mineral de mis sentimientos
Todo está ahí, entre párpados y en los pliegues de tu ropa.

lunes, 25 de febrero de 2008

No deberíamos dejar que otros se incendien en nuestro lugar

Despierta en su pecho un dueño.
Atiza aquí, apaga allá. Hace sonar un viento que reverbera.
La identidad, de paso por ahí, lo demora.
Que estés, que no mueras, escucha esto,
sin dejar de extrañar,
sin comprender mi forma atómica.
En la fascinación de este eco
reverdece también un remolino.
Tu debilidad atraviesa dinteles,
despeja cerrojos, y despeina los senderos
que esperaban su turno.
Los pasos se ensanchan.
No sabemos dónde nos lleva el instinto.
¿Es lo que los humanos llaman intuición?
No deberíamos dejar que otros se incendien en nuestro lugar,
pero todo vuela.
Voy a asirme de esta forma
el mayor tiempo que pueda.
Mientras tanto mi anatomía se organiza,
los senderos se orientan:
éstos que iban paralelos y aquellos que se cruzan.
Incluso hoy, frente a un plato de comida,
me siento una línea de puntos.