jueves, 31 de julio de 2008

Venus en mi plato

Me gustan
tus ojos de murciélago
tu piel de aceituna
tus uñas sucias
tu manera de pararte
de apretar los labios
tus silencios
tus tartamudeos
tu tacto
tu forma de estar
despacio
tu silueta masculina
tu vista selectiva
tu oído musical
tu escucha natural
tu desorden
tu animal de corral
tu deseo
tu paseo por mí
tu orilleo
en mis cosas
tus pies extraños
Me gusta tu boca
tu pasión de aldea
tu tracción religiosa
Me gusta
(lo que no me das, lo que ya no pedís, lo que añorás de mí y lo que me robás)

Bebe aquí

Animal errante bebe aquí
en el tiempo que atrapa
el salto que no acaba
Como la última hora
En todos los brazos
Como sintiendo
Como el olfato
que esconde
una fecha perdida
en un humor futuro
Allí van
Aquí aparece
Se anima
Un paisaje lunar
Lleno de ti

sábado, 19 de julio de 2008

Tarde en Jujuy

Liliana Herrero
arrima a esta reunión
su deseante sintaxis animista.
Abre aquí un escalón extraño
que comunica con el interior
y el páramo.
Nosotros podemos llorar, porque ella
nos habla desde
ese lugar
lleno de impresiones.
La materia del alma
trota y ojetea
en las redes virtuales del espíritu.
Con ojos de garza
vuelve la cara al paisaje.
Al fin nuestras entrevisiones
se animan y abrazan
el fugitivo signo, sin imágenes
y con rugosos sonidos.

Pampa del infierno

En el Chaco viven las Pampas del Infierno.
Nuestra presidenta no entra allí
porque hay una muñeca, atada a la parrilla de un camión,
con su misma cara. La rodean mariposas y pequeños insectos
estampados en la finísima rejilla.
(La brujería asusta, la mentira tranquiliza a Macbeth.)
La comida escasea y ellos miran por televisión:
el partido, la patria, el baldado y la baba.
La tela es resistente.
En las Pampas del Infierno, susurran los juncos
y algunos esperan… vaya a saber qué