sábado, 26 de abril de 2008

peces

Las ráfagas de un amor.
Silencio discontinuo.
Algunos intentan pequeños movimientos.
Unos abren sus casas, otros sus corazones.
Fiesta de cumpleaños, comida, invitados y jardín rastrillado.
Al terminar el día insinúa su cabellera
Algunos almirantes mueren en la marina,
pasan días equivocados en la tierra y
el mar se les escapa cada mañana.
Algo se pierde en tus líneas
Quisiera protegerte.
Tengo marcas en todo el cuerpo,
los ojos se abren para llorar y
las manos para buscar peces.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tan bello como la mirada de un cerdo ante la muerte. Indefenso, con ganas de llorar, pero tiene los ojos secos.

Iván