Este niño se ha comido un plato lleno de dientes.
“Qué gustos aberrantes”, atina a decir una mujer mayor vestida como abuela.
“Tengo la infancia, la desnudez y el apetito a mi favor”, piensa el niño.
Sus ojos y sus encías brillan en la cocina muy limpia que los separa de la noche.
Muros
Atrás quedaron los revestimientos,
algunos adhesivos, pegamentos…
Los muros al desnudo
le provocan ganas de tirarse contra ellos
hasta rasparse y lastimarse la piel.
“He vivido en esta casa muchos años…”
Uno se pregunta qué guardan las paredes.
Nada.
Son las superficies las que nos devuelven
como parte del decorado imantado de una familia.
Aire x Roland Brus
Hace 15 años